Se cumplen diez años de la firma del primer contrato de nuestra Hermandad con la Banda de Música «Santa Cecilia» de Pedroche. Un consorcio que removió los cimientos de la música y la estación de penitencia en la Semana Santa albense.
Posiblemente Los Dolores y
el Santo Entierro sean los únicos Titulares que desde la mitad del siglo pasado
son acompañados por una banda de música de plantilla completa. Ciertamente,
pues hasta 1987 la única música existente en Pozoblanco se colocaba por delante
de la Cruz de Guía mientras que los Titulares iban en completo silencio.
Por entonces una formación musical era un complemento que anunciaba la llegada del cortejo. La ordenación de la estación de penitencia cambió con el advenimiento del costal en nuestra ciudad, a comienzos de la década de 1990. Las formaciones musicales comenzaron a acompañar a los titulares cerrando el cortejo. Aun así, la música seguía siendo un recurso de acompañamiento. La disonancia estética, catequética y carismática era notable.
Existe en Pozoblanco un año
clave: 2009, y no sólo por razones religiosas, sino también por el fondo de las
formas bellas. La Hermandad de María Santísima de Los Dolores se vinculaba
formalmente como grupo laico a la Orden Mendicante de los Siervos de María (Los
Servitas).
A raíz de ese compromiso la señera Hermandad decidió emprender un camino que afectó también a la partitura del Martes Santo. A luz de la rica liturgia y espiritualidad Servita se apostó por un cambio integral. La música no debía de ser ya un simple acompañamiento. Había que dotar a toda la obra musical de un verdadero sentido de principio a fin sin perder la rectitud penitencial que siempre ha tenido la Hermandad de nazarenas.
No fue un paso fácil. Hubo una búsqueda seria hasta encontrar el punto exacto y para ello se contó con la Banda de Música «Santa Cecilia» de Pedroche en 2013. Por entonces el seno de Servitas tenía claro que el leitmotiv debía orientarse a las composiciones graves. En este sentido las bandas comarcales carecían de un repertorio destacado, «Santa Cecilia» ofrecía el más completo a los intereses de Servitas.
Con el paso de los años se fueron encontrando sinergias en ambas instituciones. Los Dolores aportaba partituras y la formación gachera las acogía con profesionalidad. Aquello fue derivando, casi sin querer o no, en una conjunción de plena sintonía con la arquitectura de la ciudad, la luz en la estación de penitencia y la propia teología de la advocación, hasta configurar una idea precisa pero aún en evolución.
Sin duda la Banda de Música «Santa Cecilia» ha contribuido mucho a la elevación musical de la Semana Santa pozoalbense. Los Dolores especialmente. Es en esta hermandad donde la formación se desarrolla con plenitud bajo la dirección de Olmo Cascos y se convierte en una banda excepcional.
La música el Martes Santo no es sólo una interpretación arbitraria subyugada a los placeres emocionales y/o gustos personales sin trazas ni criterios. Se trata de consistencia musical, y para ello se han encontrado Los Dolores y «Santa Cecilia», en un tiempo que tenemos la suerte de vivir. La música del Martes Santo Servita a de superar la emoción ramplona por la razón teológica y católica de belleza, hoy casi desaparecida en el corazón cristiano. En definitiva, como cofrades en la calle, hemos sido premiados con la excepcionalidad musical en esta ciudad.
