Desde hace mas de una década viene siendo habitual esta estampa que se repite cada noveno mes del año. A pesar de su temporalidad, la permanecia de la imagen fuera de su lugar acostumbrado, es una fabulosa excepción que sólo puede estar reserveda para meses como este. Es por tanto ocasión propicia de acercarse hasta el retablo de Nuestra Señora y ajustarse a su amparo.
La priostía se decidió por vestir a la Virgen con la saya que adquirió el pasado año en Valencia con motivo del Año Mater Dolorosa. Esta pieza tiene brocado con motivos vegetales en plata sobre negro. En la cabeza la vieja diadema (S. XVIII?) que perteneció a la antigua talla.
Durante todo el mes de Septiembre nuestra querida Titualar presidirá sus cultos desde la mesa de su retablo.
